Nota: Narración presentada en Autores Reunidos para el tema 'Parar el tiempo'

El blog de un gato pucelano cualquiera que regala historias.
Empezaré recordando que George Orwell dijo en 1984 que “la primera de las tareas revolucionarias del totalitarismo consiste en cambiar el lenguaje, manipulando el sentido de las palabras”.
Y un ejemplo: hay una herramienta web que analiza los posibles bocablos sexistas en vuestros blog's. Os reto a que analicéis el vuestro pulsando aquí.
En mi país hay un movimiento a favor de la igualdad entre hombres y mujeres que aunque en apariencia sea injusto, hay que tener en cuenta que el hecho de que diga la constitución que todas las personas son iguales ante la ley independientemente del sexo, no ha conseguido la igualdad en la sociedad.
Para dar un empujón a este hecho justo, nos hemos inventado 'la paridad', consistente en conseguir que en todo órgano o grupo ejecutivo, público o privado, pero sobretodo público, haya el mismo número de hombres que de mujeres. Esto tiene muchas lecturas, pero hay un precedente en USA en que se obligó a tener un porcentaje de personal de raza negra en cada organismo de la nación (policía, etc.), obligación derogada cuando se consideró que todas las razas gozaban de las mismas oportunidades (por favor, ved la película Crash, aleccionadora de los problemas que causó esta obligatoriedad) y ahora se considera un éxito de aquella política que se tenga un presidente de raza negra. Esperemos que en pocos años las oportunidades en este país sean iguales independientemente del sexo, y podamos olvidar tan injusta norma, accediendo a los puestos de trabajo por nuestras aptitudes ajenas a nuestro sexo, incluyendo los puestos ejecutivos o políticos.
La desigualdad acumulada y el atraso en este tema, debido a los años de dictadura tan machista, hace que un gran grupo de personas se lancen a luchar por la igualdad de forma tan desaforada que con la vista nublada entienden desigualdad donde nunca la ha habido: en la gramática, en nuestro lenguaje.
Este movimiento por la igualdad entre sexos ha llegado tan alto, que tenemos un Ministerio de Igualdad, necesario para vigilar que la igualdad entre sexos se cumple en contratos, puestos ejecutivos, etc. y que incluso está llevado por una mujer, el personaje más joven que jamás haya formado parte de un gobierno en este país. Es tan joven, que es imposible haber adquirido experiencia suficiente para tal cargo; esperemos que su gran inteligencia la haga adquirir experiencia mucho antes de acabar esta legislatura, y de paso, adquirir la cultura que no tiene, aunque para eso sí que se necesita tiempo.
Digo esto, porque en una de sus primeras apariciones ante las cámaras de televisión y de una nube de periodistas habló con total impunidad de “los miembros y miembras del gobierno”, y una vez avisada de que no debe equivocar sexo con género y por tanto no existen ‘miembras’ , remató sus palabras con un “algún día podremos hablar de miembras”.
Uno, que en los últimos cuarenta años no recuerda haber hecho ninguna acción sexista, ni de palabra u obra, ni por omisión, se niega a aceptar que lo ha hecho toda la vida en el uso del lenguaje, por ver reportajes de leones, y no de leones y leonas, como parece ser correcto o, en general, por no unificar el concepto de sexo y de género, y dejar claro ambos en cada expresión hablada o escrita. (Ya sabeis, 'los castellanoleoneses y castellanoleonesas que quieran ser trabajadores o trabajadoras en el cuerpo de bomberos y bomberas, deberán estar adscritos y adscritas antes de...., en caso contrario serán rechazados o rechadas'. ¿No es una innecesaria pérdida de tiempo?
Tenía ganas de hablar de este tema, y me ha animado el siguiente texto recibido por correo, que expongo integro:
LECCIÓN DE GRAMÁTICA
Un poco de gramática bien explicada....Hagámoslo circular, vale la pena.
¿PRESIDENTE o PRESIDENTA?
En castellano existen los participios activos como derivados de los tiempos verbales.
El participio activo del verbo atacar, es atacante; el de salir, es saliente; el de cantar, es cantante; el de existir, existente.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser? El participio activo del verbo ser, es 'el ente'. ¿Qué es el ente? Quiere decir que tiene...entidad. Por ese motivo, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se le agrega al final '-nte'.
Por lo tanto, a la persona que preside, se le dice presidente, no presidenta, independientemente del sexo que esa persona tenga. Se dice capilla ardiente, no ardienta; se dice estudiante, no estudianta; se dice paciente, no pacienta; se dice dirigente y no dirigenta.
Nuestros políticos (y muchos periodistas) no sólo hacen un mal uso del lenguaje por motivos ideológicos, sino por ignorancia de la gramática de la lengua castellana. Pasemos el mensaje a todos nuestros conocidos con la esperanza de que el mismo llegue finalmente a todos esos ignorantes.
El que mandó esto frustró a un grupo de hombres que se había juntado en defensa del género, ya habían firmado el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el turisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el violinisto, el telefonisto, el gasisto, el trompetisto, el techisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto...y el policío del esquino...y, sobre todos... ¡el machisto!
POR FAVOR, PÁSENLO A LA MINISTRA DE IGUAL - DÁ
Para mi Tito Carlos porque me adoptó también desde el principio como su sobri en la blogosfera…porque escribe unos relatos que me dejan siempre innumerables emociones…porque es natural como la vida misma y formamos parte del club del humor de los lunes…